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Análisis Latino

19-10-2018

Con los pies en la tierra: ¿Cómo está Argentina según el Índice de Desarrollo Humano?

Siendo lo mejor posible 1(uno), el IDH de Argentina es de 0,825. Pero en este caso los datos son del 2017, por lo que en el ingreso per cápita no se consideró la gran subida en la cotización del Dólar que se vivió este año. Con el marcador de 0,825, Argentina ocupa el puesto 47 de los 189 países analizados y es el segundo en la región detrás de Chile.
Por CADAL

No hay registros que lo comprueben, pero se cuenta que según el Nobel en economía Simon Kuznets existían cuatro tipos de países: los desarrollados, los subdesarrollados, Japón y Argentina. La grandiosidad en Japón está en cómo tras ser prácticamente destruida en la Segunda Guerra Mundial y sin contar con grandes recursos naturales, logró un inmenso crecimiento económico por el cual nadie apostaba. Mientras que la triste particularidad de la Argentina es que si se tienen en cuenta sus recursos debería ser de los países más desarrollados del mundo, pero no lo es.

Tomando en cuenta el Índice de desarrollo humano (IDH), tampoco es que Argentina está tan mal. Este índice, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), hace sus mediciones en base a tres indicadores: la esperanza de vida, el acceso a la educación (que se calcula a través de la media de años de escolaridad para la población adulta y los años esperados de escolarización para los niños en edad de ingreso escolar), y el nivel de vida (calculado por el Ingreso Nacional Bruto per cápita expresado en dólares).

Siendo lo mejor posible 1(uno), el IDH de Argentina es de 0,825. Pero en este caso los datos son del 2017, por lo que en el ingreso per cápita no se consideró la gran subida en la cotización del Dólar que se vivió este año.  Con el marcador de 0,825, Argentina ocupa el puesto 47 de los 189 países analizados y es el segundo en la región detrás de Chile (que ostenta un valor de 0,843). Pese a haberse incrementado el IDH un 17,2 por ciento en los últimos 27 años, el IDH de la Argentina todavía se encuentra lejos del 0,894 que exhibe el promedio de los países con muy alto desarrollo humano.

Ahora bien, ¿ese 0,825 se distribuye por igual en la población? Definitivamente no. Si se ajusta el IDH por la desigual distribución del desarrollo humano, el IDH de la Argentina cae un 14,3% llegando a 0,707. En este sentido, está a mitad de camino entre los países con un IDH muy alto donde la caída es de 10,7% y América Latina y el Caribe cuyo promedio de IDH baja un 21,8% cuando se lo ajusta por la desigualdad.

Sin embargo, en Argentina las desigualdades no cesan. Este programa de las Naciones Unidas también elabora un Índice que mide la pérdida en desarrollo humano por culpa de la desigualdad en los logros entre varones y mujeres (IDG). El IDG se calcula a partir de tres aspectos: salud reproductiva (teniendo en cuenta la mortalidad materna y la tasa de fecundidad adolescente), empoderamiento (considerado como la proporción de cargos parlamentarios ocupados por género y el logro de la educación secundaria y superior en cada género), y por último la actividad económica (tasa de participación en el mercado laboral para cada sexo).

El IDG de la Argentina es de 0,358, ocupando la mitad de tabla entre 160 países. La razón que explica la profundidad de este tipo de desigualdad se halla en la salud reproductiva. En Argentina cada 100.000 nacimientos, 52 mujeres fallecen por causas vinculadas al embarazo y la tasa de fecundidad adolescente es de 62,8 cada 1000 mujeres entre 15 y 19 años. Tanto la tasa de fecundidad adolescente como la de mortalidad materna se encuentran con niveles similares al promedio regional, pero ambas se ubican lejísimo de los números que identifican a los países con muy alto desarrollo humano (15,9 y 15 respectivamente).

Si bien Argentina dista de estar entre los mejor ubicados, cuesta decir que en el país no haya desarrollo. Lo hay, pero muy desigual. Tal vez el primer paso para revertir esto sea pensar que detrás de todos estos fríos números, hay personas; personas que en Argentina no viven como deberían.

 
 
 

 
 
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