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Análisis Latino

22-11-2018

¿Cómo está América Latina en el Ranking de libertad en Internet?

Los países de América Latina que ocupan las peores posiciones no sorprenden a nadie. Es inimaginable que tanto en Cuba como Venezuela donde funcionan autocracias que coartan la libertad de sus ciudadanos en todos los aspectos posibles, haya un uso libre del Internet.
Por CADAL

En un contexto global donde la intromisión de los gobiernos en la vida digital de los los ciudadanos está creciendo, Latinoamérica raramente iba a ser la excepción.  En esta región, como en la mayoría del mundo, cada vez tenemos menos libertad a la hora de navegar por Internet.

Esta medición que es elaborada por la reconocida ONG Freedom House tiene en cuenta a 65 países en base a tres aspectos principales: los obstáculos al acceso a internet, la imposición de límites en el contenido online (la manipulación sobre qué cosas se puede hablar o no), y la violación a los usuarios de sus derechos en materia de privacidad o castigos por sostener determinada postura crítica en línea.

Los países de América Latina que ocupan las peores posiciones no sorprenden a nadie. Es inimaginable que tanto en Cuba como Venezuela donde funcionan autocracias que coartan la libertad de sus ciudadanos en todos los aspectos posibles, haya un uso libre del Internet. Saben muy bien que el internet puede funcionar como un medio para promover movilizaciones sociales que, como sucedió en la Primavera Árabe, acaben de una vez por todas con sus parasitarias ambiciones de poder sin límites, y por eso le tienen miedo.

En el caso de Cuba que ostenta 79 puntos (siendo lo peor posible 100), el problema viene desde el vamos. En medio de una economía estatista que hace agua por todos lados, el índice de acceso a la red es de sólo el 38%. Inclusive si se es lo suficientemente afortunado como para acceder a internet, el gobierno practica la censura con la misma intensidad que lo hace en la vida no digital. Los hostigamientos y persecuciones a portales y periodistas críticos hace tiempo que se hicieron costumbre.

Por el lado de Venezuela, el régimen chavista tiene 66 puntos (repito, siendo 100 lo peor posible). La hipermega inflación, con la que Maduro está sometiendo a su propio pueblo a un estado de miseria también golpea las empresas de telecomunicación, por lo que menos venezolanos pueden acceder a internet. Copiando al régimen castrista en lo referido a la censura, en Venezuela se destaca la conocida “Ley contra el odio”.  Cualquier mensaje de odio, que para las autoridades es sinónimo a cualquier tipo de crítica al gobierno, es castigado con la cárcel y el mensaje inmediatamente borrado.

Dejando a un lado los países categorizados como “No Libres”, Brasil (38), Colombia (31) y México (40) son considerados como “Parcialmente Libres”. Entre estos tres países hay un denominador común: recientemente vivieron elecciones presidenciales. La agitación social que se vivió en las calles se trasladó fácilmente al campo virtual. Proliferaron las noticias falsas que no hacen otra cosa que engañar al elector, los trolls que son usuarios manejados por personas contratadas para manipular discusiones atacando determinadas opiniones y bots que consisten en una masividad de cuentas online controladas por un software cuyo fin es marcar tendencia en la red.

De todo América Latina, el único país considerado “Libre” en materia de Internet es Argentina (28) (tampoco es para emocionarse, pues otros países con democracias consolidadas como Chile y Uruguay no son analizados por Freedom House).  En Argentina es clara la gran influencia que tienen las redes sociales en la vida política. Movimientos que empezaron en las redes sociales como el #NiUnaMenos llegaron a niveles de popularidad tan altos que hasta trascendieron la frontera nacional. Con respecto a la polémica por la aprobación del gobierno a la fusión de Telecom con Cablevisión, Freedom House se muestra ambigua y comparte dos miradas distintas. A favor de la medida, se señala los que afirman que la industria de las telecomunicaciones se está moviendo hacia una estructura de mercado consolidada, mientras que del lado de los que se oponen alertan sobre la concentración de muchos servicios en una sola compañía. Como retroceso en el camino a una mayor libertad en la internet también se destacan el encarecimiento del servicio producto de la inflación y los sistemáticos ataques de trolls y bots contra periodísticas y activistas.

La cantidad de aspectos de nuestra vida que depositamos en internet no para de crecer. Desde datos personales hasta la expresión de opiniones, todo parece estar canalizándose por medio de las redes sociales. Cada día somos más internet, y considerando todos los obstáculos que se imponen a su uso adecuado, cada día somos menos libres.

 
 
 

 
 
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