Bolivia: de suspiros, vigilantes y la Media Luna
En el 2008, los bolivianos deberán asistir a las urnas para ratificar o rechazar el nuevo texto constitucional y la continuidad de Evo Morales como presidente de la República. Sabor amargo es el que deja esta conflictiva reforma constitucional, en la que se expande el poder que tiene el Estado en detrimento de los ciudadanos y en el que fortalece un sistema centralista y paternalista.